ARTICULO DEL VIAJE A ESPAÑA DEL GRUPO ACME. CAPiTULO 3 Y ULTIMO

La mañana del Domingo llegó puntual. Evidentemente la Tierra gira igual en España. Mejor así un pensamiento menos. Me gusta tenerlo todo bajo control, consuela verdaderamente saber que en el mundo hay algunas cosas ciertas.

Desayuno con José Luis y Eva y de nuevo hacia el campo. Mientras los españoles desayunaban a la española, nosotros montamos nuestras tiendas y adminículos, mientras José Luis y Gerald, iban y venían con sombrillas, bases de apoyo, mesas, de forma que a las diez ya estábamos listos.

Stefano y Giaccomo habían preparado algunos motores la tarde anterior, con lo cual se podía dar inicio al baile. Comenzaba nuestro Giaccomo que a la espera de lanzar su bimotor, que representaba el modelo estrella del encuentro, tenía la intención de volver a probar el altímetro que debería hacer el despliegue. Dado que el vuelo del día anterior no había sido satisfactorio, como para poder realizar la medición de altura por parte del equipo, se decidió a rehacer el vuelo de su CarbOnyx, tras haber aumentado el diámetro de los agujeros del recinto del altímetro, por tanto, un vuelo de prueba también este.

Con un H123 el modelo de Giaccomo voló perfectamente y después de recuperado, los tonos del altímetro indicaban una cifra que parecía mucho más real. La altura indicada era de 400 metros. Por tanto, via libre a la operación Deuce's Wild. Notaba a Giaccomo cada vez más agitado y lo sometía a una serie tratamientos relajantes basados en arcaicas formas de conjuros, exageraciones sobre incidentes en modelismo espacial, historias mitológicas de lanzamientos fallidos de cohetes y cosas así. Mientras, Elisa había hecho buenas migas con la esposa de José Luis Sánchez, lo que para nosotros sería una "sagoma" (No se la traducción), una mujer simpatiquísima.

Volaron muchos modelos. Después llegaba el Sudden Rush de Stefano, caracterizado por la doble expulsión. Todo perfecto como de costumbre, tan solo con una altura que no me parecía tan alta como se me había advertido por parte de Stefano. Será porque como casi siempre, no veo los cohetes en el apogeo, salvo que sean muy grandes y el Sudden Rush, conseguí seguirlo durante todo su vuelo. Eso es todo.

José Lanzó dos modelos, su Amraam con un motor Redline I218, creo que a una altura de unos 600 metros. Eva y yo lo recuperamos a unos 200 metros, notando daños en una aleta. José nos asegura que no es grave y será reparado en los próximos días. (Ya está reparado, -libre anotación del traductor-) el altímetro "bipaba" algo más de 1900 pies. Tras el vuelo de algunos modelos pequeños, llegaba el turno de su Astrobee, el que vimos en nuestro MIR en Junio como participante a la Muestra de Reproducciones. Lanzado con antenas y ganchos, bajo el empuje de un motor G64 que parece el más adecuado, sus buenos 400 metros fueron alcanzados.

Llegaba a sí el momento más esperado. No, no el de la comida, habíamos decidido NO comer.  Sólo para variar. Esto es, habíamos decidido que lo haríamos DESPUÉS de este evento. Por tanto, la delegación de ACME se situó alrededor de la rampa como un solo hombre y trabajó para el lanzamiento de Giaccomo. Stefano tenía la situación bajo control y después de recontrolar todo, dió el OK para el lanzamiento. Imagino cómo se sentiría Giaccomo aunque disimulaba verdaderamente bien. Instalamos el modelón que pesaba 4 Kg en la rampa de corredera. Delicadas operaciones de conexión eléctrica. Foto de grupo alrededor del cohete ANTES del lanzamiento, aquella que veis en la página de José Luis.

Stefano recordó a Giaccomo el encendido del altímetro para conseguir un mejor vuelo, y estábamos a punto. Todos nos encontrábamos al lado de la rampa y nadie quería hacer de LCO. Por tanto nuevamente me atribuí el deber. Y Giaccomo me miraba y notaba que yo le miraba a él, antes de la cuenta atrás.  Estaba muy atento para poder ver como iba a reaccionar EL.

En el momento del T = cero, todas las miradas estaban puestas en los motores. El motor de la izquierda denunció la activación del ignitor, humillo blanco, golpe seco, pausa. El otro no decía nada. Continuaba teniendo apretados los pulsantes de la centralita, el de seguridad y el de salida, pero me daba cuenta de que los segundos pasaban y me alarmé. No cedí y el motor de la izquierda comenzó a producir ruido, tomó vida en medio segundo con una lengua de fuego rojiza que llegaba a 30 cm. El modelo despegó con una aceleración no mayor de 4g y abandonada la rampa, ladeándose casi un metro antes de recuperar su ascensión estable. Perfecto, esperaba ver girar el modelo dando vueltas furiósamente bajo el empuje de un solo motor, pero comprendí que el vehículo ya estaba a salvo acaeciese lo que fuere. Casi en el momento de apagarse el motor izquierdo, vi como la estela de humo se agrandaba, lo cual indicaba claramente que el motor derecho se había encendido, verdaderamente curioso, además de inesperado (Esto es, había creído que la totalidad del vuelo se habría desarrollado con un solo motor) Por tanto el modelo redobló la altura y no fue muy alto, cuanto pueda serlo con 640 Newtons, claro. El cohete mostró una perfecta expulsión del paracaídas y Giaccomo se había puesto ya en marcha para recuperarlo. Le seguí y detrás de mí vino Stefano. Lo encontramos en medio de un campo abonado, poblado por una enorme cantidad de moscas, con el modelo en sus manos y el sistema de recuperación esparcido. Intercambio de felicitaciones, Giaccomo había cumplimentado la experiencia para la cual había valido la pena el viaje. Por lo demás, un lanzamiento así, sólo podía hacerse en el bello campo español, todo un espectáculo al cual valía la pena asistir.

La tensión había bajado y oía a Giaccomo que ya hacía suposiciones sobre el encendido, de ello hablaremos en nuestra lista más adelante, es más, el caso del encendido de clusters de motores composite me llena de curiosidad y para mí propone un campo de experimentación enorme en el modelismo espacial, cosas de donde hay mucho que aprender.

Decidimos que el encuentro había terminado y fuimos muy rápidos en desmontar todo. A las 16 y cuarto nos sentábamos en el restaurante del club para la comida, menú de la casa. Al final de la comida vi a la Sra. Mari, Gerald y Andreu, tomar la tabla de los lanzamientos con mi escritura desordenada y controlar todo, copiando algunos datos que Mari luego brindaría a los diarios locales, para sus respectivos artículos.

A las 18,30 horas nos decidimos, acompañados por la sra. Mari a transformarnos en turistas, en una rápida visita a la Catedral de Lleida, la Seo Vella. Estupenda, llena de historia, sobre todo, una historia de devastación sin sentido. Pero la historia actual dice que hay un esfuerzo de recuperación histórica, de reconstrucción dentro de los límites de los posible, y de divulgación de tantas vicisitudes que esta obra del hombre ha sufrido.

A las 20.40h, ducha, poco después de las 9.30h a cenar. La cena fue relajante y en el mismo local que el pasado año, donde Vyger y yo esperamos inútilmente un helado, mientras los demás disfrutaban de los fritos. La Sra. Mari nos mostró allí, una serie de fotos de manifestaciones culturales increíbles, revocaciones históricas en vestuario, y que vestidos, de una complejidad y riqueza increíbles.

Fue el momento de los saludos, la expedición se encaminaba a su término. Saludamos a Mari y a Andreu, invitándoles a nuestro próximo MIR. José Luis y Eva se quedaron con nosotros en el hotel, para podernos decir adiós a la mañana siguiente en nuestro regreso. Así fue y la preparación del coche de Stefano fue una labor ardua y precisa. José y Eva, gracias por todo. Nos embarcamos y las doce horas de tranquilísimo viaje volaron alegremente. También gracias a los doce mil peajes franceses.
En Turín encontramos al padre de Giaccomo y pasé con el un cuarto de hora de charla astronáutica (¡Gran apasionado del tema también él!) mientras los demás desembarcaban armas y equipaje. Me encontré de nuevo sólo con Stefano, para el último trecho de autopista. De pronto sonó el móvil, era Vyger desde Holanda. Saludamos a Vyger y a Michaela y les explicamos los lanzamientos que apenas habíamos terminado. Vyger nos dijo que eramos como los pescadores ¡Quien sabe lo que quería decir!…

A las 23h estaba delante de mi casa. ¿Sabéis que me dijo Stefano para saludarme? ¡Procura dormir!. ¡Bien, lo estoy haciendo estos días!.
Durante las jornadas dormí poquísimo, pero para mí es normal, no consigo dormir pensando en todas las cosas nuevas, en las personas que encuentro, a lo que va a seguir al día siguiente, etc. Difícil de explicar pero los más inquietos entenderán.

Muchachos, cierro aquí el reportaje de la expedición española. El Razziraduno es ya una tradición, apreciad el empeño de nuestros amigos, su amistad y la consideración que nos tienen. Son cosas importantes que ponen de relieve lo que se esconde tras nuestro hobby, no tan solo el lanzamiento de modelos de cohetes. Esto es lo que os quería transmitir cosa que no he escrito con palabras, no se si lo he conseguido pero la intención estaba.

Os agradezco vuestra atención y un recuerdo especial para nuestros amigos españoles. El próximo año debemos organizar una expedición más numerosa y conspicua. No toméis compromisos para el próximo año y anotad desde ahora la cita y participación en el cuarto Razziraduno.

Fin.

Cristiano C.