Cumpliendo lo acordado con Cristiano Casonati, uno de los miembros de Acme, os paso la traducción al Castellano, de su artículo originario en Italiano.
    
Para quienes no le conocéis, diría que es un personaje único, además y sobre
todas las cosas, de un gran amigo, compañero y excelente colega.
Habitualmente, hace este ejercicio de contar sus impresiones de cualquier
viaje o desplazamiento a un lugar de lanzamiento, para el grupo y foro
italiano. Por si ello fuera poco, su cariño hacia nosotros y nuestro idioma,
lo hizo en su día inscribirse en nuestro foro, así que nos sigue a diario en
todos nuestros comentarios. En lo que sigue, mi traducción no podrá recoger
su gran capacidad de análisis y el estilo fínamente socarrón de sus frases,
pero vamos a intentarlo.

J. L. Cortijos


PRIMERA PARTE. VIAJE DE APROXIMACION. CAPITULO 1


Este año voy a hacer un relato detallado con datos en la mano, irrebatible,
de forma que no pueda decirse que estoy haciendo literatura. Lo siento pero
la precisión y el rigor deben volver a reinar en nuestra lista por ello mi
relato será más bien preciso, dramático y serio.

Os relato el III Razziraduno Italo-español, que ha tenido lugar en el
aeródromo de Alfés, junto a la bella ciudad de Lleida, los pasados Sábado y
Domingo. En base a los datos recogidos, hoy Lleida cuenta con 120 o 125 mil
habitantes. No los he contado, por tanto, tomad ese dato como incierto.

El alma de la organización ha estado en manos de nuestro José Luis Cortijos
y de la eficientísima Mari, una mujer volcánica con increíbles dotes de
relación. Vais a notarlo en el transcurso de este relato.

De nuestras manos el asunto se iniciaba con intenciones de participación que
se habían reducido un poco en los últimos días así que desistimos del furgón
y nos decidimos por el coche de Stefano. En el momento de la salida, el
coche de Stefano tenía cuatro ruedas y un motor, veremos si al final nos
salen las cuentas.

La expedición, compuesta por Giaccomo Bosso y su novia Elisa (¡Hola Elisa!),
por Stefano y el que suscribe, en calidad de (como de costumbre)
participante no lanzante, con deberes de apoyo, administrador de gastos
generales y para trabajos genéricos, se reunía en Turín hacia las 10h de la
mañana del Viernes en la Tangencial. Giaccomo llegaba acompañado por su
padre Valentino, con un equipaje de alrededor de un metro cúbico. Lo cierto
es que Stefano fue capaz de situar casi todas las cosas en el amplio
maletero de su coche que seguramente NO alcanza la capacidad de un metro
cúbico. Y no fue necesario renunciar al utilísimo ordenador portátil de
Giaccomo, conteniendo todas las simulaciones de sus modelos.

El viaje se iniciaba así muy alegremente. El tono de la charla de la ida,
era medible entre de los 20 y 40 MiliTontos, unidad de medidas de las
chorradas. El Tontos es la unidad de medida de la tontería y normalmente se
obtiene cuando un Premio Nobel de Física se mete a discutir del tiempo y de
la estacionalidad del parmesano con el grupo líder de rock de Menphis los
"Thirsty Boots". Evidentemente es una unidad de medida extremadamente grande
por lo cual, en el uso cotidiano se emplean los submúltiplos. Como
referencia de la poco conocida medida, daros cuenta de que un texto normal
de una canción de Jovanotti, mide casi, docemil MegaTontos.

Durante el viaje el tráfico fue ligero y se podían alcanzar los 130 Km/h y
alguna cosilla más, he podido profundizar en el conocimiento de Giaccomo y
de Elisa, un poquito más. Dos estupendos muchachos, estudiantes
universitarios ambos, con los que hemos hablado de cohetes, astronáutica,
vuelo a vela, y tantas cosas más, así que el tiempo transcurrió
placenteramente. Encontramos una proliferación de cabinas de peaje francesas
y luego las casi inexistentes españolas y sobre las once de la noche
aparcábamos en la puerta del Hotel Ilerda, el mismo que nos acogió el año
pasado. Allí estaban José Luis y su esposa Eva, Mari y el encuentro fue
afectuoso y caluroso. La primera cosa que notamos fue el calor alto sí pero
seguramente bastante menos húmedo que el de nuestra llanura Padana. Tiempo
justo para depositar nuestro equipaje en las habitaciones y de nuevo abajo
para ir a un restaurante a cenar.
La Señora Mari tomó rápidamente el control de la situación. Cena ligera y
veloz y poco después de la Una y cuarto, ya estábamos en la cama. La cita
por la mañana era a las nueve, por tanto, pusimos el despertador a las ocho.

Me detengo aquí, porque estoy escribiendo desde el calor de la Baja
Mantovana, son las once y cincuenta y tenemos 36 grados en la sombra. Pero
afortunadamente a las tres de la tarde, tocaremos los 40 grados. Dado que
tengo los dedos resbaladizos y podría pulsar teclas adyacentes a aquellas
que me servirían para confeccionar palabras del diccionario italiano, podría
causaros sino dificultades en la comprensión del texto, seguramente dudas
por las difíciles elecciones estilísticas que podrían aparecer, por lo cual
me detengo aquí.

Hasta mañana.

Cristiano.